El Wi-Fi es hoy la principal puerta de entrada a la información personal y corporativa. A pesar de ello, la mayoría de usuarios aún no aplica medidas básicas de seguridad y muchas empresas pequeñas usan configuraciones obsoletas que facilitan ataques como el robo de contraseñas o la interceptación de datos. Un Wi-Fi inseguro puede permitir que un atacante se infiltre en toda la red interna y acceda a información crítica.

Buenas prácticas de seguridad:
- Cambiar la contraseña de fábrica del router y usar claves largas y complejas.
- Configurar el protocolo WPA3, o al menos WPA2, ya que WEP es totalmente vulnerable.
- Mantener actualizado el firmware del router para corregir fallos de seguridad.
- Desactivar el WPS, que aunque práctico, es un punto débil explotable.
- Crear una red separada para invitados, evitando que se conecten a la red principal.
Tip extra: realiza auditorías internas de tu Wi-Fi al menos cada seis meses para asegurarte de que no existan dispositivos no autorizados conectados. Esto es vital tanto en empresas como en hogares inteligentes.
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