En el mundo digital, un simple error de programación puede transformarse en una puerta abierta para los atacantes. Estos errores, llamados vulnerabilidades, son aprovechados mediante exploits que permiten ejecutar código malicioso o tomar control del sistema. Comprender cómo funcionan es esencial para prevenir ataques y proteger entornos tecnológicos.

Ejemplos de explotación:
- Buffer overflow: escribir más datos de los que un programa puede manejar.
- SQL injection: manipular bases de datos con comandos maliciosos.
- Cross-site scripting (XSS): inyectar código en páginas web.
- Zero-day exploits: ataques que ocurren antes de que exista un parche.
- Escalamiento de privilegios: convertir un usuario común en administrador.
Tip extra: nunca subestimes un fallo menor. Un error pequeño puede ser combinado con otros y transformarse en un ataque devastador.
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