La mayoría de los usuarios piensan que un hackeo implica código, virus o programas complejos. Pero en realidad, muchos ataques comienzan con algo más simple: un mensaje bien escrito. La ingeniería social es una técnica de manipulación que busca engañar a las personas para que entreguen acceso, contraseñas o información sensible, sin necesidad de vulnerar sistemas.

El atacante puede hacerse pasar por un banco, un amigo, un técnico de soporte o incluso una figura de autoridad. Aprovechan emociones como el miedo (“tu cuenta será bloqueada”), la urgencia (“actúa ahora o perderás acceso”) o la confianza (“soy tu jefe, necesito acceso a este archivo”). Y si la víctima cae, no importa cuán robusta sea la ciberseguridad técnica: el daño ya está hecho.
Protegerse requiere algo más que un buen antivirus. Hace falta criterio, calma y sentido común. Nunca compartas credenciales, verifica las fuentes y recuerda: si algo suena demasiado urgente o inusual, probablemente lo sea.
¿Estás entrenando tu mente para no caer en ataques sin código?














Leave a Reply