Con el crecimiento de los servicios digitales, también han aumentado las estafas tecnológicas. Phishing, apps falsas, sitios clonados y suplantaciones son cada vez más sofisticados. Afortunadamente, entrenar el ojo para detectar fraudes es posible, incluso sin ser experto en ciberseguridad.

🚨 Lenguaje urgente y emocional: “Tu cuenta será suspendida”, “has sido hackeado”, “última oportunidad para recuperar tu acceso”… Si un mensaje busca generar miedo o urgencia, probablemente sea falso. Los servicios legítimos no amenazan en sus comunicaciones.
🔍 Detalles visuales delatan fraudes: fíjate en errores ortográficos, logotipos borrosos, formatos extraños. Aunque muchos intentos son profesionales, aún cometen errores en localización, sintaxis y diseño general. También desconfía si el correo o web tiene un tono no habitual para la empresa.
🔗 URLs sospechosas y dominios clonados: una técnica común es usar URLs con nombres similares al original, como “g00gle.com” o “paypal-support.net”. Siempre revisa la dirección real antes de hacer clic. Usa el navegador para buscar directamente la página legítima si tienes dudas.

📱 Apps fraudulentas en tiendas oficiales: aunque Google Play y App Store filtran el contenido, algunas apps engañosas logran pasar. Sospecha si una aplicación pide permisos excesivos (acceso a cámara, contactos, micrófono) cuando no los necesita. Revisa también el historial del desarrollador.
💡 Herramientas útiles: utiliza navegadores con detección de phishing (como Firefox con protección mejorada) y considera extensiones como HTTPS Everywhere o uBlock Origin. Algunos DNS como Cloudflare 1.1.1.1 o Quad9 bloquean sitios peligrosos antes de cargarse.
⚠️ Recuerda: ninguna institución legítima te pedirá tus contraseñas por correo o mensaje directo. Si te lo piden, repórtalo.
❓¿Alguna vez estuviste a punto de caer en una estafa digital? ¿Qué detalle te salvó?

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