Un par de meses después de que apareciera Blaster la red tuvo que hacer frente a una amenaza mucho más peligrosa y molesta: el gusano Sober y sus decenas de variantes, algunas de las cuáles llegaron hasta 2005. Las peores variantes de este gusano estaban pensadas para desactivar el firewall y antivirus del usuario, recolectar direcciones de correo electrónico para enviar spam, y utilizar las máquinas infectadas en redes de bots.
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