En la era de la hiperconexión, uno de los principales enemigos de la productividad son las notificaciones constantes. Correos, chats, redes sociales y recordatorios pueden fragmentar la atención y reducir el rendimiento del equipo.
La solución comienza con establecer reglas claras: horarios sin interrupciones, filtros en las bandejas de entrada y silenciar alertas que no sean críticas. Además, promover momentos de trabajo profundo ayuda a recuperar el enfoque y la eficiencia.
Tip extra: utiliza herramientas que integren notificaciones en un solo panel, en lugar de dispersarlas en múltiples plataformas.
Pregunta final: ¿las notificaciones digitales son tus aliadas o un enemigo silencioso en tu trabajo diario?
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