Los tókenes no fungibles no son, por tanto, intercambiables de forma idéntica. Esto contrasta con criptomonedas como el bitcoin, y muchos tókenes de red o de utilidad que son fungibles por naturaleza. Las cuatro principales características de los NFT es que son únicos, indivisibles, transferibles y con la capacidad de demostrar su escasez.
Los NFT también han sido objeto de críticas, principalmente respecto a su alto coste energético y la huella de carbono asociada a la validación de transacciones en la cadena de bloques, así como por su frecuente uso en estafas virtuales. Otras críticas son referidas a la verdadera utilidad de establecer un comprobante de propiedad en un, a veces extralegal, mercado no regulado.
Aplicaciones
Los tókenes no fungibles se utilizan para crear una escasez digital verificable, así como brindar una propiedad digital, y la posibilidad de interoperabilidad de los activos en múltiples plataformas. Los NFT se utilizan en varias aplicaciones específicas que requieren artículos digitales únicos, como el criptoarte, los coleccionables digitales y los juegos en línea.
Más tarde, populares juegos de cadena de bloques como CryptoKitties hicieron uso de NFT en la cadena de bloques de Ethereum. Los NFT también se han utilizado para representar activos de videojuegos que son controlados por el usuario en lugar del desarrollador del juego. Esto permite que los activos se negocien en mercados de terceros sin el permiso del desarrollador del juego.
El arte es un área de uso temprano para los NFT y cadena de bloques en general, debido a su capacidad de proporcionar prueba de autenticidad y propiedad de la obra de arte digital o reproducible, que de otra manera tendría que lidiar con la posibilidad de reproducción masiva y distribución no autorizada a través del internet. Plataformas como Superrare o Nifty Gateway que utilizan la cadena de bloques de Ethereum, se han especializado en las transacciones mercantiles del arte digital, a través de la venta, la reventa y la subasta.
En febrero de 2021 inició un hype con el trabajo “Everydays.The first 5000 days” del artista digital estadounidense Beeple, que fue la primera obra de arte NFT en ser listada en Christie’s, una de las principales casas de subastas. Unos días después, el meme animado de Nyan cat había sido vendido en un sitio de internet por 600 000 USD.
En un análisis originalmente publicado en el revista de arte en línea Artishock, y posteriormente republicado en el blog de crítica de arte de Colombia esfera pública, los autores calculan los costos económicos de participación en el mercado de arte de los NFT, advirtiendo que las nociones de descentralización (en las que se excluyen el Servidor en el que se aloja el NFT, los servicios pagos de internet y la Aplicación web que permite al usuario alojar sus NFTs en el servidor) de la cadena de bloques y acceso equitativo, que sostienen el entramado del nuevo mercado de arte, están aun lejanas para los creadores latinoamericanos, a razón de factores tales como acceso a la infraestructura, devaluación de la moneda local (que hace costoso el pago de las transacciones dentro del Ethereum, y la adquisición de software de creación digital), unidos a la falta de una divulgación amplia en educación de arte digital.
En los primeros días de abril de 2021 diferentes medios de prensa reportaron una caída promedio en los precios de los NFT de alrededor del 70 %. Al mismo tiempo, varias obras de criptoarte presentadas por casas de subasta recaudaron cifras millonarias a los pocos minutos de iniciar, así mismo un pixel de color gris fue vendido en más de 1 millón de dólares.
En Latinoamérica los primeros artistas en incursionar en el mercado de los NTF son el ilustrador chileno Alberto Montt quien vendió su viñeta ‘Viernes Santo’ de su serie ‘Dosis diarias’ a través de la plataforma OpenSea y el escultor colombiano Joaquín Restrepo quien vendió ‘Intimus’; su primera obra con NFT por 0,71 Ethereum que equivalen a US$1.700 dólares a través de la plataforma Foundation.app. En España, el primer NFT subastado en el país fue ‘OLEA Genesis’, de Solimán López. Aunque ya había criptoartistas españoles como Javier Arrés vendiendo sus obras como NFTs en 2019. Entre los criptoartistas europeos, han destacado Javier Arrés o Zigor, quien creó la colección de WillyRex. Este último agotó su colección en segundos.