“Mejores juegos Indie del 2020.”

7. Cloudpunk.

A la obra de CD Projekt aún le falta bastante por pulir, sobre todo en consolas, y hasta que lo haga parece haber vuelto a dejar huérfanos a los fans de la ambientación Blade Runner. Pero solo lo parece, porque Cloudpunk es una gran forma de llenar el vacío de los corazones. Un juego que nos propone sumergirnos en otra de esas megalópolis inabarcables, de las que tienen un horizonte de edificios y en las que mires a donde mires siempre ves carteles de neón o coches voladores.

6. If Found…

Uno de los juegos más experimentales del año. If Found… es como un boceto a medio terminar. Pero a medio terminar de borrar, no de dibujar. Porque el juego de Dreamfeel es una preciosa visual novel en la que nuestro trabajo consiste en borrar la historia de su protagonista, Kasio, una joven al límite, sobrepasada por su situación y cansada de que le persigan los fantasmas de pasado. Armados con una goma tendremos que eliminar todos los recuerdos de su vida, lo que incluye todas las personas que pasaron por ella y todas las discusiones y malos momentos, pero también los buenos, los bonitos, los que hicieron vibrar el corazón de Kasio.

5. There is no game: Wrong Dimension.

Cargado de referencias, se trata un juego que, como su propio nombre indica, no quiere ser jugado. Una aventura gráfica, un point and click con un narrador en off que rompe la cuarta pared constantemente y nos invita a pensar “fuera de la caja”. Es hora de cuestionar las mecánicas del resto de videojuegos, replanteárselas y poner en jaque el status quo de esta industria.

4. Call of the Sea.

Ese es el punto de partida de Call of the Sea, el primer juego de Out of the Blue, una pequeña desarrolladora afincada en Madrid que se define a sí misma como “una compañía para juegos narrativos y de puzles. Diseñamos puzles. Contamos historias. Amamos los videojuegos”. Aunque esa carta de presentación deja claro lo que podéis esperar de Call of the Sea, no hace mención a los preciosos escenarios en los que tiene lugar la aventura, cuya paleta de colores y ambientación invita a quedarse parado admirándolos de tanto en tanto.

3. Paradise Killer.

Otro juego de índole detectivesca en el que ocurre todo lo contrario. Aquí tendremos una gran libertad de acción y no seremos sobreprotegidos en nuestras pesquisas. Se acabó eso de que la historia no avance hasta que no encontremos un objeto en concreto, o de ver la deducción correcta en el sistema de diálogo. Paradise Killer nos deja investigar en el orden que queramos y a nuestro gusto, nos hace responsables de analizar la información correctamente y permite que confeccionemos nuestras propias hipótesis.

2. Spiritfarer.

Hay detalles que marcan un juego. Simples acciones que lo definen mejor que un análisis de páginas y páginas. En el caso de Spiritfarer, esa acción es la de poder dar abrazos a los personajes y que estos los acepten (o no) en función de su estado de ánimo. No hay mejor descripción posible para la emotiva obra de Thunder Lotus Games, que toma El viaje de Chihiro y la filmografía de Hayao Miyazaki como referencia y nos embarca en una aventura que habla sobre la muerte, pero respira vida.

1. Kentucky Route Zero.

Kentucky Route Zero ha recibido su última entrega y ha llegado a consolas con un recopilatorio llamado TV Edition. Y la espera ha merecido la pena. Como decíamos en su análisis, estamos ante un hijo de su tiempo, un producto de una época en la que el videojuego independiente no hacía más que experimentar con la narrativa, como fueron los casos de Dear Esther, Papers Please o Gone Home. De cuando todos intentaban dar una vuelta de tuerca a la forma de contar historias. Y eso es precisamente el juego, un point and click muy simple y sencillo que lo pone todo al servicio de la historia. Kentucky Route Zero es un título denso, repleto de diálogos y conversaciones. Sin acción, sin puzles, sin objetos o inventario.

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